lunes, 30 de enero de 2017

Lentamente

Multitud de claveles ahogan los cielos
Y el pulso del amor, verbigracia la desgracia 
Y  llora un pensamiento azul...

Nos detenemos lentamente
En sucesos que desencadenan el alma al vacío
Y las aves trazan, con su danza en las alturas,
El inevitable camino hacia el final.

Pues ya es momento de escalar el mundo,
De apoyar la vista por encima del regazo del eterno silencio,
De salir del océano y respirar lejos de la desgracia.




Natalia Porcel & Diego Fernando Marino


martes, 10 de enero de 2017

Farewell

Ha devenido en penumbras y
Un gravito sudor emanaba de su piel
El cansancio ya  ahogaba sus penas
Y la fortaleza rugía en su sed.

Sus ojos no podían ver el mundo,
Sus manos acariciaban el inevitable dolor,
Su magia fluía sin rumbo,
Sus labios gritaban amor.

El desesperado cantar de un jilguero herido
Luchó en su pecho hasta el final
Jamás pudo decirme adiós,
Pues el amor eterno será…

Natalia J. Porcel
- Derechos reservados- 



  

lunes, 27 de junio de 2016

LUZBELITA, LA LUCIÉRNAGA APAGADA ( Cuento infantil)



HABÍA UNA VEZ UNA LUCIÉRNAGA LLAMADA LUZBELITA. ELLA VIVÍA EN  EL BOSQUE, CERCA DEL PANTANO JUNTO A SU MAMÁ, SU PAPÁ  Y SUS 10 HERMANITOS: LUCIJITO, LUCIJAZO, LUZCLARITO, LUZCURATO, LUZMAR, LUZPAN, LUZTED, LUZFE, LUZPERANZA Y LUZMEALCANZA.
A DIFERENCIA DE LOS HUMANOS, LAS LUCIÉRNAGAS ESTÁN DESPIERTAS DURANTE LA NOCHE. PARA ELLO EMITEN UNA LUZ MUY BRILLANTE QUE ILUMINA TANTO SU CAMINO COMO  SU COMUNIDAD.
LUZBELITA BRILLABA COMO NADIE MÁS. ERA LA ENVIDIA DE LA ALDEA. EL HALO QUE LA RODEABA LLEGABA MUCHO MÁS LEJOS QUE LA MISMÍSIMA LUNA LLENA.
LA VIDA DE LUZBELITA NO ERA TAN SIMPLE. EN SU HOGAR ERAN MUCHOS. TENÍAN QUE COMPARTIR SUS JUGUETES, LOS UTENSILIOS DE COCINA, DE TRABAJO Y… A SUS PADRES.
ESA ERA LA PARTE MÁS COMPLICADA: UNA SOLA  MAMÁ  Y UN SOLO PAPÁ PARA 10 HERMANITOS.
UNA NOCHE, A LA HORA DE LA CENA, NO ALCANZABAN LOS POTES DEL POSTRE. LA MADRE HABÍA PREPARADO UN DELICIOSO MOUSE DE CHOCOLATE PARA CHUPARSE LOS DEDOS PERO COMO ERAN MUCHOS HABÍA QUE COMPARTIR.
LUZBELITA SE ENOJÓ MUCHO PUES QUERÍA UN POTE PARA ELLA SOLA. SALIO ENOJADA DE SU CASA, TAN PERO TAN FURIOSA Y ENFADADA CON SU FAMILIA QUE SIN DARSE CUENTA, SU LUZ  FUE DESAPARECIENDO  DE A POCO.
ABUELO LUZCOR LA ENCONTRÓ LLORANDO EN MEDIO DEL BOSQUE:
-   -    PERO NIÑA, ¿QUÉ HACES AQUÍ SOLA Y …  QUÉ PASO CON TU LUZ?
-      - ¿MI LUZ? ¡¡¡ MI LUUUUZ !!! – GRITÓ DESESPERADA.
LUZBELITA NO SE HABÍA DADO CUENTA HASTA ENTONCES QUE ESTABA OSCURA, APAGADA. COMENZÓ A VOLAR DE UN LADO A OTRO PENSANDO QUE LA HABÍA PERDIDO EN EL CAMINO PERO… NO HUBO CASO. SU LUZ NO APARECÍA POR NINGÚN SITIO.
ENTONCES SE DIRIGIÓ HACIA LA CASA DE LA NONA LUZMAYORISIMA, QUIEN ERA LA SABIA DE LA COMUNIDAD DE LAS LUCIÉRNAGAS.
-     -  LUZMAYORISIMA, NECESITO DE SU AYUDA ¡CON URGENCIA!
-     -  PASA NIÑA- LE DIJO LA ANCIANA- ¿EN QUÉ PUEDO SERTE ÚTIL?
-     -  MIREME, ¿NO LO NOTA? MI LUZ… ¡¡¡NO SE DÓNDE PERDÍ MI LUZ!!!- DIJO LUZBELITA CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS.
-       CALMA NIÑA - REPLICÓ LUZMAYORSIMA- ANTES DE ENCONTRAR TU LUZ, DEBES ENCONTRAR EL PERDÓN Y LA ALEGRÍA.

LUZBELITA NO ENTENDÍA NADA DE LO QUE LE HABÍA DICHO LA ABUELITA, PERO COMO SU ORGULLO ERA TAN GRANDE, LE AGRADECIÓ EL CONSEJO Y SE FUE.
AHORA TENÍA UN PROBLEMA MUCHO MÁS GRANDE. NO SOLO TENÍA QUE ENCONTRAR SU LUZ SINO TAMBIÉN EL PERDÓN Y LA ALEGRÍA… PERO ¿QUÉ ERA ESO? ¿Y DÓNDE PODRÍA ENCONTRARLO?
RECORRIÓ EL BOSQUE ENTERO. LE PREGUNTÓ A SUS AMIGOS Y VECINOS Y NADA. NO ENCONTRABA NI EL PERDÓN, NI LA ALEGRÍA, NI SU LUZ, ESA QUE TANTO LA DISTINGUÍA.
ABATIDA, SE SENTÓ AL LADO DEL PANTANO. LUEGO DE LLORAR UN RATO Y GRACIAS A LA LUZ DE LA LUNA VIO SU IMAGEN REFLEJADA EN EL CHARCO DE LÁGRIMAS QUE HABÍA FORMADO CON SUS PENAS. SE VIO OSCURA Y TRISTE, CASI NO PODÍA RECONOCERSE. NADIE CREERÍA QUE ESTA ERA LA MISMA LUCIÉRNAGA  QUE HASTA HACE POCAS HORAS SE DESTACABA POR BRILLAR HASTA ENCEGUECER LOS OJOS DE CUALQUIERA QUE LA MIRASE.
SE SINTIÓ MUY SOLA Y VOLÓ HASTA SU CASA. EN LA PUERTA LA ESPERABA SU MADRE QUIEN SIN DECIR NADA, LE DIO UN FUERTE ABRAZO.
LUZBELITA LE DIJO QUE YA NO IMPORTABA SI LOS POTES ALCANZABAN O SI DEBÍA COMPARTIR LOS UTENSILIOS CON SUS HERMANOS. ELLA SOLO QUERÍA ESTAR CERCA DE SU FAMILIA Y ENCONTRAR SU LUZ.
EN ESE MOMENTO SINTIÓ UN CALOR MUY FUERTE EN SU PECHO. DESDE ALLÍ SE ASOMABAN UNOS RAYOS DE LUZ MUY FUERTES. SU SONRISA ERA  TAN GRANDE QUE EN CUESTIÓN DE SEGUNDOS RECUPERÓ TODA SU LUMINOSIDAD.
DESDE ENTONCES, LUZBELITA APRENDIÓ QUE NO ESTÁ MAL EQUIVOCARSE SIEMPRE Y CUANDO UNO SEPA RECONOCER SUS ERRORES E INTENTE REPARARLOS. Y LO MÁS IMPORTANTE: LA ALEGRÍA Y LA LUZ, SOLO PUEDEN ENCONTRARSE EN EL CORAZÓN…

FIN




AUTORA: NATALIA PORCEL ( Derechos reservados) . 








domingo, 26 de junio de 2016

El barrilete

Era una tarde de otoño. Luciano despertó luego de una larga siesta y sintió que su cabeza giraba como un carrusel.
Habían pasado muy pocas semanas desde que su esposa, su soñada eterna compañera, había partido de este mundo. Desde entonces, solo podía descansar gracias a los ansiolíticos que el medico le había recetado.
Con los ojos hinchados, de tanto dormir y de tanto llorar, vio sus cortinas moverse, entonces abrió las ventanas de su habitación. El viento era calmo, pero lo suficientemente fuerte como para darle un sacudón a su desmejorado cuerpo, ya cargado de varias décadas.
Al parecer la tormenta de la noche anterior había ocasionado grandes destrozos. Apenas cruzó la puerta, se encontró con varios arboles caídos, sin embargo, el aroma del naranjal le animaba el alma.
Serian ya las cinco de la tarde, pues se escuchaban las campanadas de la iglesia. En un impulso se dirigió hasta allí.
En el templo encontró un niño llorando, que rezaba porque las pequeñas olas del rio creciente se habían llevado lo poco que tenia. Pero lo que mas logro conmover a Luciano fue escuchar en las plegarias que el chico rogaba por su barrilete perdido; no era cosa menor para el, ya que este había sido el ultimo regalo que su padre le había hecho antes de morir.
Luciano pensó que urgentemente debería resolver el asunto, el llanto de aquel pequeño le pareció mucho más desgarrador e infinito que la lluvia torrencial de la noche anterior.
Entonces, salió a recorrer toda la orilla del rio, guiado tal vez por el olor de la arena mojada, hasta que de repente una humareda le lleno los ojos de polvo.
Apenas pudo recuperar la visión, se dio cuenta de que a pocos metros suyos habían algunas ramas, entre las cuales se vislumbraban fuertes colores.
El hombre hizo un gran esfuerzo por quitar el barrilete de ese enredo y apenas pudo recuperar la primera parte, una ráfaga de viento hizo el resto. El barrilete se le escurrió entre sus arrugadas y frágiles falanges. Con una gran decepción lo vio irse desapareciendo entre la neblina y las nubes.
De regreso, a paso lento y cargado de angustia, llego a la puerta de la iglesia. Al detenerse y luego de un largo suspiro, elevo la mirada. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo, el niño seguía en el lugar, pero con una sonrisa de lado a lado. Asique asombrado, intento despejar su gran incertidumbre y el chiquito le contesto:
-Pedí con tantas fuerzas tener este barrilete otra vez conmigo, que al asomarme a la entrada, lo vi caer del cielo… ¡Un milagro!
Luciano transformo su frustración en una profunda liviandad para su alma, le sonrió y lo invito a remontarlo juntos.
                                                  Fin


Autora: Natalia Jacqueline Porcel

viernes, 20 de marzo de 2015

LENTAMENTE ...

Multitud de claveles ahogan los cielos 
esos 
donde se perpetúa el ala del halcón, 
donde se ciñe de sangre el quejido del toro. 
Nos detenemos... 
... lentamente... 
en situaciones que nos ofuscan el alma 
o nos quiebran, infames, 
el pulso del amor, verbigracia la desgracia 
de llorar el pensamiento azul 
de los que ya no están. 
Detendrás el tiempo y nada de lo que esperabas cambiar 
cambiará. Pues, 
extraña vez cambian los hombres 
y nunca, bajo el orbe que cubre al mundo.

Nos detenemos lentamente 
En situaciones inquebrantables, 
En sucesos que desencadenan el alma al vacío 
Y las aves trazan, con su danza en las alturas, 
El inevitable camino hacia el final. 
Pues ya es momento de escalar el mundo, 
De apoyar la vista por encima del regazo del eterno silencio, 
De salir del  océano y respirar lejos de la desgracia.

DUETO: Natalia Porcel / Diego Fernando Marino ( Derechos reservados)


jueves, 26 de febrero de 2015

Desesperanzas ...

Escucho al silencio
Susurrando en mis oídos
Voces de olvido,
Distancias y destiempos...
Un hilo de aire
Recoge mis cabellos
Y mis ojos despiertan
En un nuevo vacío.
Sombras en la noche,
Amarga compostura,
Hojas que caen y vuelan
Sin rumbo, sin sentido.
Un invierno ha anidado
En mis entrañas
Y si lo último en perder
Son las esperanzas,
La desesperanza
ya me ha perdido.
Natalia J. Porcel
Buenos Aires, Argentina
(Derechos reservados)

viernes, 30 de enero de 2015

Lo intento

Cada minuto,
Cada segundo,
Cada recoveco del tiempo…
Aún lo intento…
Como el sol intenta brillar en la tormenta,
Como el océano busca la calma en los torbellinos,
Como cada chispa busca arder en el fuego…
Yo, aún lo intento.

El miedo es fuerte y paraliza
Y aun inmóvil,
Mi corazón vibra para no apagarse…
Aun lo intento,
Pues  a mí me tengo
Libre y fuerte, mi rostro se observa en el espejo.
Aquí estoy.

Simplemente sonrío y lo intento…

Natalia J. Porcel
Derechos reservados