Otro hermoso día para disfrutar de lo inalienable,
de lo que no se ve pero se siente; otro día de un montón de vaticinios de
felicidad cargados de cordura y un tanto de tontera. Otro hermoso día que se
transforma en una noche de tormentas, frío y soledad, para que el amanecer
vuelva a ser una nueva esperanza por conquistar...
Ese miedo de cerrar los ojos, y no
abrirlos para nada bueno. Eso de pensar en otra persona y convivir con miedo ¿y
sin miedo que queda? Una incoherencia. No me imagino no pensar en esa persona. Conozco
la imposibilidad de hacerlo.
Otro hermoso día que muere en la noche y lo difícil no es
la muerte sino la vida. Caminando entre flores y fantasías bajo el sol, tiembla
la noche en el derroche de mis destellos…
Shhh!, silencio. Es hora de renacer…
Natalia J. Porcel